En Zambia se negociaron acuerdos de desarrollo minero con inversionistas mineros privados que se hicieron cargo de las minas cupríferas después de la privatización de la industria del cobre de Zambia en 1998. Dichos acuerdos ofrecieron enormes exenciones tributarias a las empresas mineras, entre ellas el establecimiento de tasas de regalías de 0.6% y de impuesto a la renta de las sociedades de 25%, en lugar de 3% de regalías y 30% de impuesto sobre la renta de las empresas especificados en la Ley de Minería. A pesar de los precios internacionales del cobre en auge entre 2003 y 2008, estas exoneraciones tributarias han drenado a las arcas del gobierno de rentas muy necesarias para los gastos del desarrollo. Por ejemplo, en 2004, el gobierno recaudó sólo US$8 millones en rentas por impuestos y regalías de la industria cuprífera. En 1992, un año en que la producción de cobre y los precios internacionales del cobre estuvieron en niveles similares a los de 2004, las rentas del presupuesto provenientes de impuestos y regalías fueron US$200 millones, en gran parte debido a la mayor recaudación de impuestos de las minas.
Los actores de la sociedad civil de Zambia, incluyendo la entonces Red de la Sociedad Civil sobre el Comercio de Zambia (CSTNZ), iglesias y sindicatos, se ocuparon de esta cuestión. Publicaron informes de investigación, comprometieron a parlamentarios y medios de comunicación y elevaron el nivel del debate en el país sobre la cuestión de las exenciones tributarias en el sector minero. En parte como resultado de esta exitosa campaña y cabildeo de la sociedad civil, en 2008 el gobierno decidió prohibir las exoneraciones tributarias especiales concedidas a las empresas mineras cupríferas en los acuerdos de desarrollo minero, y dispuso que las empresas volviesen a pagar el 3% previsto en la ley. El gobierno introdujo también un impuesto a las ganancias extraordinarias, pero éste fue abandonado un año más tarde, bajo presión de las empresas mineras, en parte como respuesta a la enorme caída de los precios internacionales del cobre. Aunque este revés redujo las rentas tributarias generales pagadas por las empresas mineras, en 2009 el ministro de Hacienda informó que el gobierno recaudó US$77 millones en ingresos por impuestos y regalías de las empresas mineras cupríferas como resultado de las nuevas tasas de impuestos, un aumento de diez veces en comparación con 2004.