América Latina es una región con un historial tributario tremendamente pobre, niveles de recaudación tributaria extremadamente bajos (en promedio alrededor del 16% del PIB) y sistemas tributarios regresivos. Guatemala es uno de los países con peor desempeño en la región. Según la autoridad tributaria guatemalteca, el país recaudó sólo el 11.3% de su PIB en impuestos en 2008.
Una razón para su recaudación tributaria extremadamente baja son los generosos incentivos fiscales del país. Desde que se aprobó legislación en 1989, las empresas que reúnen las condiciones para la categoría de ‘maquiladoras’ están exentas de derechos de importación, impuesto a la renta, impuestos a la repatriación de ganancias, IVA, impuestos a los activos e impuestos municipales. El término maquiladora se refiere al sector textil, pero la legislación de Guatemala se ha ampliado varias veces, con el resultado de que muchas más empresas se benefician de las concesiones. Aunque se supone que el beneficio es de carácter temporal —por ejemplo, las exenciones al impuesto a la renta son por 10 años— la práctica prevaleciente en Guatemala es que las empresas cierren y vuelvan a abrir con otra dirección. De esta forma pueden solicitar de nuevo la condición de exoneradas.
Estas concesiones tributarias tienen un enorme costo fiscal. Las autoridades tributarias calculan que las pérdidas derivadas por la legislación de las maquiladoras llegaron a US$524 millones en 2005. Esto representa una gran proporción de la recaudación tributaria de Guatemala: 15.9% del total de impuestos recaudados ese año. Desde entonces se ha abandonado la práctica de reunir y publicar estos datos, pero actualmente los costos serían mucho más altos, pues la ley que modifica el régimen de las maquiladoras fue adoptada en 2004. Ha permitido que muchas empresas más puedan solicitar la condición de maquiladoras y beneficiarse de las exenciones. Entre las empresas que califican como maquiladoras figuran Colgate Palmolive C.A., Kellogg C.A. y Nestlé Guatemala, así como muchas otras empresas nacionales bien conocidas. Una organización de la sociedad civil guatemalteca, CIIDH, ha venido monitoreando la cuestión tributaria y haciendo incidencia por la reforma tributaria. Ahora dice que: ‘La ley ya ni siquiera se asemeja a una ley para promover la inversión, y ahora se ha convertido en un mecanismo que las empresas pueden utilizar para eludir el pago de impuestos’.